El pasado martes 25 de febrero, el Aula Cultural de El Corte Inglés acogió una jornada especial dedicada a la Feria de la Almendra y el Cordero de Herrera de los Navarros. Organizada por la Academia Aragonesa de Gastronomía, esta sesión reunió a diversas personalidades del ámbito gastronómico y local para destacar la importancia de este evento en la promoción del territorio y de dos de sus productos estrella. Con una trayectoria de diez ediciones, la feria se ha consolidado como un referente en la dinamización rural y la puesta en valor del sector primario.
El acto comenzó con la intervención de la académica Genoveva Crespo, quien dio la bienvenida a los asistentes y contextualizó la relevancia de la jornada dentro del ciclo de actividades del Aula Cultural. A continuación, tomó la palabra Enrique Felices, alcalde de Herrera de los Navarros, quien resaltó el papel fundamental que la feria juega en la economía del municipio. Felices explicó cómo, desde su origen, el evento ha servido para visibilizar el esfuerzo de los productores locales y reivindicar la tradición agrícola y ganadera de la comarca. Destacó que, aunque la población ha cambiado y las formas de producción han evolucionado, tanto el cordero como la almendra siguen siendo elementos clave en la identidad de la zona. Además, señaló que la feria no solo representa una oportunidad comercial, sino que también fortalece el sentimiento de comunidad y ayuda a fijar población en el entorno rural.
Por su parte, Mauricio Pérez Guillén, de la agencia Zumo Creativos y organizador de la feria, profundizó en la evolución del evento a lo largo de estos años. Según explicó, la Feria de la Almendra y el Cordero ha pasado de ser un pequeño encuentro entre productores a convertirse en una cita ineludible dentro del calendario gastronómico aragonés. Pérez Guillén subrayó el esfuerzo por incorporar novedades en cada edición, desde degustaciones y showcookings hasta actividades dirigidas a un público más amplio, como conferencias técnicas, talleres infantiles y espacios de encuentro entre productores y consumidores. En su intervención, también destacó la importancia del respaldo institucional y del apoyo de los propios vecinos para hacer de la feria un evento cada vez más ambicioso y atractivo.
Uno de los momentos más esperados de la jornada fue la intervención de Javier Sánchez, nutricionista y cocinero de la Escuela de Salud Vive, quien abordó el valor nutricional del cordero y la almendra dentro de una dieta equilibrada. Sánchez desmontó mitos sobre el consumo de estas materias primas y explicó cómo pueden incorporarse en la alimentación diaria sin perder de vista un enfoque saludable. “El cordero no solo es un producto con una fuerte tradición gastronómica, sino que bien trabajado es una carne nutritiva y versátil. Y la almendra, más allá de su papel en la repostería, ofrece propiedades que la convierten en un alimento indispensable para una dieta equilibrada”, afirmó. Durante su intervención, presentó algunas recetas innovadoras en las que combinaba estos ingredientes con otros productos de proximidad, demostrando que la cocina tradicional puede evolucionar sin perder su esencia.
El evento concluyó con una animada ronda de preguntas y reflexiones por parte del público, en la que se pusieron sobre la mesa los retos de futuro de la feria y su impacto en el desarrollo de Herrera de los Navarros. Tanto el alcalde como los organizadores coincidieron en que el crecimiento del evento no solo debe medirse en términos de asistencia, sino también en su capacidad para generar sinergias entre productores, hosteleros y entidades locales. Se habló de la posibilidad de ampliar las actividades durante todo el año, apostando por iniciativas que atraigan visitantes más allá de la feria y que permitan dar a conocer los productos y tradiciones de la zona de manera continuada.
Más allá de la jornada en el Aula Cultural de El Corte Inglés, la Feria de la Almendra y el Cordero de Herrera de los Navarros sigue siendo un símbolo del compromiso de la comarca con su historia, su gastronomía y su gente. Este tipo de iniciativas no solo refuerzan la identidad de los municipios rurales, sino que también demuestran que la tradición y la innovación pueden ir de la mano para garantizar el futuro del territorio.




