Premio al mejor establecimiento de comida familiar de Aragón

24/04/2013

El pasado miércoles 24 de abril, la Academia Aragonesa de Gastronomía otorgó al restaurante “Casa Emilio” de Zaragoza el Premio al Mejor Establecimiento de Comida Familiar de Aragón 2013.

Con este premio, la Academia distingue cada año al negocio de restauración que atesore una dilatada trayectoria de buen hacer y que en sus cartas recoja los productos distintivos y las formas tradicionales de cocinar de la zona.

El restaurante “Casa Emilio” lleva casi ochenta años de trayectoria profesional, ofreciendo una cocina típica aragonesa desde 1939. En este tiempo, los hermanos Guillermo y Emilio Lacambra han trabajado en defensa de la comida tradicional donde no faltan las recetas más clásicas de la cocina popular aragonesa como el ternasco de Aragón, la menestra de verduras, las borrajas, el bacalao ajoarriero, la perdiz escabechada o el melocotón con vino.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA ACADEMIA DON VÍCTOR GUELBENZU:

Amigos todos:

Decía nuestro siempre presente D. Antonio Beltrán que la civilización empezó cuando el hombre pasó de gruñir amenazadoramente cuando tenía algo de alimento a compartirlo con sus semejantes. Este acto marca un antes y un después en la historia de la alimentación y de la cultura, y por tanto, de la gastronomía. Si privamos al acto de comer de la convivencia civilizada retornamos a tiempos primitivos y oscuros. Pena es que determinadas formas de consumo alimenticio actualmente vigentes recuerden esa hosca deglución, afortunadamente superada por las mejores pautas tradicionales de nuestros ritos nutricios.

Viene esta consideración al caso de que hoy la Academia Aragonesa de Gastronomía distingue a esta casa, a Casa Emilio, con el premio al mejor restaurante de comida familiar de Aragón de 2.013, y esta distinción, hay que decirlo, fue acordada por unanimidad de los académicos presentes en la sesión plenaria celebrada el pasado 13 de Marzo, lo que no es en absoluto habitual, amigo Emilio, porque siempre hay varias propuestas con sus correspondientes valedores, y todos queremos defender nuestra opción. Por ello la unanimidad tiene un gran valor añadido, entiendo yo, que premia precisamente ese plus de Casa Emilio en la historia gastronómica zaragozana. Es obvio que me refiero al reiterado y casi machacón uso de Casa Emilio como lugar de convivencia y encuentro de las más variadas reuniones y lifaras, señaladamente en tiempos afortunadamente superados de nuestra reciente historia política. Todos conocéis los dos volúmenes que dan cumplida cuenta de este devenir, relatado por los testimonios y colaboraciones aportados en los mismos. Y ese papel mantenido de encuentro alrededor de una mesa en una casa de comidas nacida al calor del transporte, por carretera y ferroviario, cuando la Avenida de Madrid era el eje de todo movimiento de mercancías en Zaragoza, es el plus de convivencia y por tanto de civilización que Casa Emilio ha aportado y continúa sumando a la gastronomía de Aragón. Muchas gracias Emilio por ser como eres, y que sea por muchos años.

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