Primer presidente de la Academia de Gastronomía Aragonesa que en marzo de 2004 le rindió un homenaje.
Fue nuestro presidente Antonio Beltrán Martínez muchas cosas en su dilatada vida. Catedrático, investigador, arqueólogo. Pero fue sobre todo un hombre que amaba la vida y que siempre estaba dispuesto a esforzarse por los demás. Si lo necesitabas para alguna cosa siempre lo encontrabas dispuesto a echar una mano. Este amor vitalista le llevó sin duda un día a crear con un grupo de amigos nuestra Academia de Gastronomía. El había investigado profesionalmente nuestra historia antigua y sin duda en estos trabajos habría encontrado restos cerámicos, utensilios y trazas de cómo se alimentaban o comían aquellos lejanos pobladores de nuestras tierras. Eso le intrigaba. Contaba muchas veces la forma de asar los conejos enterrándolos con brasas por encima, que ha pervivido hasta nuestros días. Una suerte modesta de barbacoa tejana. Decía que era propio de gentes que no querían hacer fuegos ostentosos que los delataran a posibles enemigos, pues enemigo potencial era cualquier extraño. La humanidad en su avance cultural propició una forma de comida más elaborada. Y eso es lo que pretendió siempre D. Antonio desde su presidencia de la Academia, asociar la cultura con la gastronomía, redimir la pobreza de una alimentación de pura subsistencia aplicando las galas de la gastronomía. Suya fue la idea de la “Cocina de la abuela”, concurso que la Academia sigue organizando en distintos pueblos de Aragón para que los pequeños aporten recetas tradicionales. Se trataba de conservar y mejorar. Suya también la obligación académica de formalizar el ingreso con un discurso sobre materias de la especialidad de cada uno relacionadas con el arte de la cocina. Ahora el conjunto de estas publicaciones forman un pequeño acervo de nuestra Academia. |